Hola
buenas tardes, gracias por acudir a este espacio, que hemos creado para
debatir, al filo de la actualidad que formas y modos de satisfacción
están presentes en el mundo de hoy. Con el fondo del texto “Los
paradigmas del goce”, segunda escansión del Curso de J.A.Miller de
19998-1999 “La experiencia de lo real”, abordaremos sucesos que
acontecen en lo social en todos sus aspectos (político, educativo,
clínico etc...)
¿Y
por qué a la luz de los paradigmas del goce?, porque “Nuestra
actualidad más cercana a lo real que a lo verdadero da más pregnancia al
goce, al que encumbra al lugar del derecho, lo cual no es sin
consecuencias en el choque de distintos tipos de satisfacción, que
configuran el panorama actual del momento. Ser tolerantes con el goce
propio, con el del otro, es lema de nuestro tiempo… sin embargo, y como
lo que nos convoca…
El
psicoanálisis nunca ha descuidado los temas relacionados con la
cultura, a la que entiende como civilización. Tienen los textos de
Freud, Tótem y tabú, Psicología de las masas, El malestar en la cultura,
El porvenir de una ilusión,Moisés y la religión monoteísta, y de Lacan
el reverso del psicoanálisis, los cuatro discursos, el discurso
capitalista, el triunfo de la religión..etc… en los que se reflexiona
sobre qué ocurre con la humanidad, sin ser una psicología, ni una
filosofía, sí algo más cercano a una sociología, en la que se enmarca
este texto de J. A. Miller.
Los
paradigmas del goce, distintas modalidades de satisfacción presentes en
el mundo, son de interés de la sociología de masas, como bien indica su
autor, en la página 258, en la que y a propósito de la introducción del
Sexto Paradigma, el que habita en el mundo de hoy, dice: “allí donde
antes había una estructura trascendental, encontramos hoy en día una
pragmática, una pragmática social”. Veamos cómo y qué.
¿Qué
somos, que nos satisface, en qué encontramos satisfacción? Individuos,
sujetos, mujeres, hombres, yos? La respuesta es que “somos seres
hablantes”. Los humanos somos seres hablantes, que nacemos con tal
inmadurez y desprotección que si no se nos atiende morimos. Esa
dependencia es larga e incluso dura toda la vida, siendo realizada
primero por el entorno del niño que se inserta en un orden social que
protege a esos seres-hablantes que somos, ni menos ni más que de la
Naturaleza. Toda nuestra civilización, nuestras producciones culturales,
arquitectónicas, sociales, religiosa etc., están destinadas a
protegernos de la Naturaleza.
Nacemos
desprotegidos, con una prematuración profunda, pasando a un medio
hostil, que nos recibe con palabras, con sonidos a los que tenemos que
acceder. El recién nacido convulsiona por cualquier cosa, un sonido, el
hambre, el frío, el dolor hace que su organismo tiemble y el grito sea
un llamada al Otro, a su atención. En este “oscuro” comienzo, recibe
significaciones, lo que le pasa dicho por la gente que está a su
alrededor, “tiene hambre” “tiene un cólico” “la leche no le sienta bien”
“tiene sueño” lo que se dice acompañado de caricias y sonidos de
júbilo, de expectación, cuidados corporales, sonrisas, nominaciones, “…
tiene sueño, a dormir” “es la hora del baño” etc… y siempre se acompaña
de “objetos” desde muy temprano tiempo, lo que unido a la significación,
caricias cuidados y palabras le van creando un cuerpo, sus límites y su
orden.
Lo
interesante es que ese cuerpo se construye a partir de la lengua. Las
marcas de la lengua construyen un cuerpo. Ese cuerpo de natural no tiene
nada, es constituido con sonidos, palabras de manera que se va alejando
de la necesidad, del instinto para introducirlo en las reglas de la
“demanda” del pedido de un ordenamiento familiar y social, de manera que
al tiempo que va acogiendo y haciendo propios los sonidos de una
lengua, con gorgoteos jubilosos, va siendo habitado por la misma de
manera que con el tiempo tendrá que nombrar, pedir, decir lo que siente
como necesidad, y de la cual no podemos saber si es o no, adecuada.
Hay
que controlar esfínteres, comer a horas establecidas, dormir según un
horario social, etc… lo que produce un “ser”, un humano, habitado por
palabras. Una lengua que corta el cuerpo, lo divide en orificios a los
que hay que prestarles atención, y en los que se acumula la excitación.
Y
esto produce un efecto que es “afecto”. Un afecto que no es instinto a
lo que Freud llamó “pulsión” y que dota al ser humano, al ser-hablante
de un órgano “en más”, que Freud llamo libido, una especie de regulador
de la excitación desregulada por perder sus raíces de la necesidad.
Este
órgano en más, que caracteriza al ser-humano, funciona fijando la
excitación en lugares de civilización: oral, (desde la succión, el
balbuceo, la erotización de la boca deberá pedir lo que cree quiere)
anal, (hay que controlar la defecación, culturalizarla), uretral. La
libido en su funcionamiento erotiza al ser, lo que implica debe obtener
una satisfacción con, los que voy a llamar, mandatos de la cultura. Y
esta satisfacción que obtiene que es, de aumento, manteniendo o descarga
de tensión, le acompaña toda su vida. Y la civilización, la cultura,
proporciona formas de acogerlas.
Estas
formas de proporcionar la satisfacción, son los paradigmas, las
modalidades, las formas de goce que proporciona nuestro orden social a
sus habitantes los seres humanos que Lacan llamara “trhumanos”
conjunción de humano y trauma, que es como deja la lengua al ser humano.
Desbastados, desabonados, no regulados al 100% por la necesidad y con
todos sus comportamiento, conductas, amores, trabajos, ideales, ocio,
felicidad etc… desregulados, nada está a la altura de producir plena
satisfacción, todo es y será inadecuado, por lo tanto sintomático, y
siempre en cualquier tipo de proyecto, relación, nuevo estado, etc…
requerirá un plus de satisfacción.
Los “paradigmas del goce”, son una reescritura de psicología de masas.
J.A.
Miller escogió, los Ángeles, Estados Unidos para presentar un trabajo,
que si bien es altamente universitario, tiene su raíz en la cultura,
sociedad, civilización. Fue a los Ángeles y en un ambiente experto en
uso de objetos de consumo.
Para
entenderlos, los presento a modo de fotogramas de cine, con una rapidez
entre ellos que se observa en el texto. Comienza, con un paradigma
continuo siempre en Lacan, el Sujeto y el Otro.
Para
entender la relación del Sujeto con el Otro, volvamos a nuestro recién
entrado ser-hablante en el mundo. A ese RN en su proceso de ser habitado
por la lengua, necesita de lo que Lacan va a llamar el gran Otro, (la
madre, los cuidadores, el colegio, las leyes, la cultura etc…) para
inscribirse. Ese gran Otro le va a pedir “renuncias” de su necesidad, a
cambio de las cuales le proporciona seguridad y le esboza algunas formas
de satisfacción. Así lo primero que le da al ser-hablante emergente, es
una imaginarización mágica, animista del mundo. Cuentos, historietas,
que suplen la dificultad de comprender las cosas. Y mientras el niño va
entrando en la significación del mundo, no olvidemos jamás que necesita
“objetos” para elaborar toda la información que recibe.
En
este punto se sitúa el primer paradigma del goce, la imaginarización,
que intenta producir una satisfacción en el entendimiento del mundo, que
si bien produce, no está a la altura de toda la que se requiere y …
falla.
Esto
es con registro también en la humanidad. Estamos ante las grandes
cosmologías tribales, sabidurías, que otorgan satisfacción en los
relatos y en las historias que “explican” (de forma inexplicable) el
mundo.
En
este punto se inscribe la “religión”, que muestra su punto de
dificultad en la “noción de continuidad de la vida, con la eternidad”.
Pero ojo, con despreciar eso, pues es un lugar dónde se fija, mucha
libido! El concepto de eternidad satisface a muchos seres-hablantes
proporcionándoles una esperanza a su falta en ser.
Aquí,
podemos también pensar, la “política”. El Amo antiguo con sus guerras,
con sus imperios, proporciona además otro tipo de eternidad donde y
también se fija, mucha libido! Proporcionando una esperanza a su falta
en ser, vía la “gloria” o el “recuerdo”.
La
diferencia y a considerar, entre la religión y la política, entre las
formas de satisfacción que otorgan, es que en la religión, el móvil es
un líder muerto, y en la política está vivo, lo que es con
consecuencias, dentro del discurso del Amo. Sin embargo y a nivel de
como fallan, ambas añaden los “objetos” que la gente se lleva a las
tumbas, a las prisiones, al cielo… incluso los objetos que nos esperan
en los cielos, en el caso del catolicismo la contemplación, la mirada de
y a Dios, en el caso del Islam una desregulación sexual, las vírgenes.
Si
volvemos a nuestro pequeño RN que entra en el mundo, también se le
ofrece como forma de satisfacción, el pacto. En la pelea por lo que
tiene el semejante aparece la mediación de Otro que legisla el tiempo de
distribución y disfrute… pero falla!
Esto
es también con registro en la humanidad, con el segundo paradigma, la
simbolización, en el que se legisla lo que es justo, lo que se permite y
se prohíbe, etc… Y lo que se regula, se permite o se prohíbe, depende
todo de la aceptación de un “sentido”, eso tiene un sentido, al que se
le llama común, que fija mucha libido… pero lógicamente falla! Como se
ve actualmente en la publicidad que explota esa forma de satisfacción,
no por la distribución equitativa, sino produciendo el deseo por lo que
tiene el “otro”.
Efectivamente
tanto este paradigma de la simbolización equitativa, como el anterior
aboca al tercer paradigma, en el que el modo de satisfacción se produce
por la trasgresión, pensada tanto como heroica, como delictiva.
Y
en ese escenario en el que se mueve la libido humana, cómo he dicho
siempre se incluyen “objetos”. Las grandes promesas eternas, los altos
ideales de combates, las grandes trasgresiones, no están a la altura de
eclipsar los “objetos” que producen satisfacción. Pequeños objetos que
la gente lleva consigo, pide, demanda, exige, roba al otro etc… objetos
que Freud llama “objetos de la pulsión”, que provienen desde la más
temprana infancia tanto individual, como de la humanidad.
Mirame,
dirá el niño, mira… mira, y se muestra haciendo cualquier ante lo que
pide “mirada”. Esta oscuro! tengo miedo háblame, pidiendo la “voz” como
objeto que exorciza los monstruos o demonios, mientras un pequeño
peluche, una telita… algo hay en sus brazos.
Es
en ellos dónde se sitúan el cuarto y quinto paradigma, que si bien en
el cuarto implican los objetos que Freud nombro como objetos de
satisfacción de la pulsión: el oral, anal, la voz y la mirada, se
pluralizan en el quinto paradigma a todos los objetos que proporciona la
civilización por medio de la industria y la cultura tan presentes hoy
en día (todos los tenemos a diario y van provistos de su caducidad nada
más obtenerlos).
Y
así en la humanidad, la obtención de un objeto de satisfacción va
organizando la fijación de la libido francamente de lo más
desregularizada, aplacando la excitación a modo, de como dice Lacan,
enjoy “Coca cola”: al beberla da sed…
Pero…
estos cinco paradigmas en los que cojeando se ve un tipo de relación,
con el sentido de las cosas, con el Ideal, con la ley, con trasgredir lo
pactado, con objetos corporales con objetos de sublimación… van a ser
destronados por lo que hay más real en el goce, en la satisfacción, y
que Lacan introduce con el Seminario 20, “Encore”, dónde utiliza una
homofonía en francés “en cuerpo”.
Y
es que el goce es del cuerpo, solo hay satisfacción de un cuerpo, un
cuerpo que se goza el mismo. Esto lo descubrió Lacan del lado de la
sexualidad femenina, que es lo resalta en Encore, un tipo de sexualidad
diferente a la masculina, con un goce silencioso que no se pliega
totalmente al goce fálico, ni al del objeto pequeño a, de las pulsiones o
de la sublimación que he nombrado. Un goce que emerge poco a poco en la
humanidad a medida que se encumbran los valores femeninos.
Y
así la libre elección de pareja, el valor que se le da a la vida, la
igualdad entre los sexos, la importancia que se da a los niños hacen que
en el mundo actual emerja un nuevo paradigma: instante en que se acepta
una nueva forma de hacer. El mundo es postglobal, se pretende la
democracia como forma de convivencia, en época de capitalismo y
mercados, dónde la tecnología revoluciona los antiguos principios de
relación, sexualidad y vida, cambios que Lacan capta a lo largo de su
obra dejándonos herramientas precisas para que el psicoanálisis actue en
ese nuevo orden, tanto en la experiencia de un análisis, como en la
interpretación social.
Y
esa nueva forma, ese nuevo orden mundial, no requiere más los lazos de
la estructura, ya que encumbra al cenit de la satisfacción, todas las
formas, modos, y haceres de la “no relación” que permite el goce del
cuerpo, como Uno.
Si
bien en mi opinión, el choque en los acontecimientos que han pasado, es
por incompatibilidad en las formas de gozar, es en la manifestación, en
el slogan “je suis Charlie”, en las velas, ramitas, objetos etc… que
deposita la gente en las cercanías de la redacción, en la falta de
discursos, en el contacto de la cabecera de la manifestación, dónde creo
puede observarse lo nuevo en el mundo, el paradigma de la “no
relación”.
Teresa Ferrer
Valencia a 19-Enero 2014