Hoy proseguimos con esta charla a modo de
taller, como tema “los medios de comunicación”, que en nuestra época, más allá
de informar proporcionan tambiénun modo de satisfacción que es preciso
dilucidar, pues comunicarse unos con otros es una de las tareas, por no decir,
la más importante de los seres humanos. Siempre ha habido formas, a veces
históricamente a modo de relatos que narran aventuras, desventuras, de lo que
pasa en otros lugares o en el propio, de forma oral, cuando no había
“escritura”, a modo de signos, cartas, misivas, etc… para adquirir en nuestra
época la modalidad escrita que incorpora la imagen, tanto en prensa como en
medios audio-visuales, cuyo salto lo introdujo en 1.966
la televisión.
Voy, tras las anteriores charlas, a seguir a
partir de ahora sobre los “paradigmas del goce”, formas de satisfacción que lo
“social” proporciona a los humanos, voy a seguir cronológicamente una
exposición de las clases que pertenecen al Curso de J.A. Miller, “La
experiencia de lo real”, de 1999, clases 12-13-14 y 15. Hoy nos ocuparemos de
la 12, que trata del “Paradigma constante”, no variable, de Lacan entre el
sujeto y el goce.
Fue invitado, en Marzo de 1999 a un coloquio,
en la Universidad de los Ángeles, con el título de “El Sujeto Encore”. Los
organizadores, de los Cultural Studies, americanos, analizan ¿qué producen en
el campo del malestar en la cultura?, los objetos de consumo cultural, tanto
los más sublimes, como los más mundanos. El título hace alusión al S-20 de
Lacan, traducido al inglés y que ellos estudian, Encore (aún en castellano o todavia), en el que justamente
Lacan propone el cambio del término sujeto, $, caracterizado por su falta en
ser, por el de parlêtre, (ser hablante), en la que destaca el ser, de ahí el
Sujeto Encore (en-corp) es el cuerpo lo que hace la diferencia).
Lacan introduce al Sujeto, como falta en ser,
separado del cuerpo, correlato de la palabra y del lenguaje, (captarlo como
pensamiento). La teoría del Sujeto trata fundamentalmente de los efectos del lenguaje
en tanto significado: metáfora y metonimia, mientras que la teoría del parlêtre
trata de los efectos del lenguaje como “afecto” en el cuerpo y no como
significación, y el efecto- afecto mayor en el cuerpo, es lo que Lacan llamó
goce, que siempre necesita una sustancia, el cuerpo. Pensar juntos, esta falta
en ser, (pensarlo como pensamiento) y la sustancia cuerpo, a lo que Freud llamo
pulsión, es la dificultad que motiva la enseñanza de Lacan. Sus distintos modelos
serán los “paradigmas”, que toma J.A.M como “Shiftingparadigmes in Lacan”, pues
el término “shifting”, es "cambiante" y al mismo tiempo "embrague",
lo que indica que no se cambia por el placer de cambiar.
¿Por qué introduce Lacan el Sujeto? Para
sacar al psicoanálisis de las “garras” del “ego”, en el que en Estados Unidos
había cristalizado después de la Segunda Guerra Mundial. Hartmann, Kris,
Lowenstein y Anna Freud hicieron del psicoanálisis una ego-psychology, voy a
decir, vergonzosa, cuya pirámide aún circula por todas partes, y a las que
agregóKernberg un bricolaje del “yo” con la relación de objeto, aspirando a
oprimir la resistencia inglesa a la psicologia del yo.
El Ego Hartmanniano es una entidad
psicológica, sintética, que tenía a cargo las relaciones del individuo con la
realidad (imaginaros!), funciona sobre una libido desexualizada (cuál?),
neutralizada, objetiva, y debe defender su autonomía contra la amenaza del ello
y superyó (seguramente hicieron una metáfora de la guerra que estaban
sufriendo).
El shift esencial fue el pasaje del ego al
sujeto. No fue solo Lacan quien reacciona a esa “adulteración de Freud”. Antes
de la guerra, Paul Sartre, escribe un artículo “La trascendencia del ego”, que
es el núcleo de su obra “El ser y la nada” de 1943, en la que reformula a
Freud, con el nombre de psicoanálisis existencial. Así mismo, en 1.966 Michel
Foucault, con las “palabras y las cosas”, tiene también el foco puesto en
liberar al psicoanálisis de la prisión del ego.
Lacan funda su “sujeto”, en la conciencia
(de) si, sartriana. Sartre frente al ego y sus representaciones, aísla una
instancia, una conciencia irreflexiva, previa, indivisa y no sustancial, una
hiancia, un agujero, un vacío, que llamó “falta en ser”, independiente de toda
determinación exterior y de todo lo dado, pura iniciativa proveniente de ese
vacío, que proporciona una “elección originaria”, en la que reside la
causalidad fundamental e irreductible del ser humano, se puede elegir, lo que
supone no está condicionado por la familia, el organismo o la situación
histórica. Lacan lo va a llamar “decisión insondable del ser”, y ubica el vacío
sartriano, en el conjunto vacío, de la teoría de conjuntos matemáticas, y así esta
nada y este vacío está llamando logicamente a ser, fundamental para el
nacimiento del sujeto lacaniano y la destrucción del ego hartmanniano.
Esta “elección originaria”, que significa que
uno puede elegir, tanto en Lacan como en Sartre supone una independencia del sentido
respecto de las coacciones de lo dado, y su dependencia, la dependencia del
sentido será más bien en función no de lo dado, sino del proyecto o la
intención futuros y no del pasado. Al pasado se le da un “sentido” en función
del proyecto que se tiene para el futuro, los hechos del pasado cambian de
sentido en función de la mirada hacia el futuro.
Este sujeto así configurado tiene que
relacionarse con el prójimo, el semejante, que para el ser humano, es el “otro”
pequeñito igual, que le seguirá toda la vida, siendo de su misma edad, y un
Otro grande, del que depende desde su nacimiento, el que se ocupa de su
desamparo y prematuridad vital. En Lacan ese Otro grande precede siempre al
sujeto, y el lazo con él es originario, de manera que no se puede hablar del
Sujeto lacaniano solo, sin el gran Otro. El sujeto no solo es profundamente
dependiente del gran Otro, sino que es un concepto por completo relativo a él,
pues su identidad depende de la mediación de este Otro en sus peleas con los
semejantes, tanto vital, como de significados de la vida, interpretación de
todas las cosas, etc…
El modelo freudiano del Sujeto se encuentra
en el Witz (el chiste), paradigma lacaniano de las formaciones del
inconsciente, pues en el chiste, el Otro queda al descubierto mientras que en
el sueño y el lapsus está velado. Abordar el inconsciente por el Witz, es hacer
del inconsciente un discurso en acto, entre el Sujeto y el Otro, pues el ics,
es un discurso cuyo pivote es la respuesta del Otro, que lo acoge, rechaza,
ratifica, invalida o valida, decidiendo su sentido y su verdad. Así pues el
inconsciente es el discurso del Otro y el sujeto es el sujeto del inconsciente,
que no habla, es hablado por el Otro.
La dependencia del sujeto respecto al Otro es
un “paradigma constante”, no susceptible de shifter, no susceptible de cambios
en Lacan.
¿Qué
es el gran Otro? Lacan a medida que lo descubre lo va ampliando más. Primero
son los padres, el lugar del código, de las estructuras de parentesco, de la
cultura, del saber, del orden del discurso, de la norma social, del dios de los
filósofos, de Abraham. Todo con lo que el sujeto se tiene que aclarar, manejar,
pero, y fundamentalmente, sin garantías de que al sujeto, el gran Otro le diga
lo que él sujeto es. Sin embargo ese “sin garantías” tiene una gran ventaja
para los humanos, pues en la ausencia de “garantías”, por mucho y mucho empeño
en que, y a gritos se pidan, y se produzcan con espejismos del yo, en esa
ausencia de garantía, si bien hay una “falta en ser”, justamente y por eso, hay
libertad.
Y es aquí donde entra la pregunta ¿Qué son los
medios de comunicación?, pregunta que hoy en día está completamente contestada:
Un poder, concretamente el cuarto: Tras el Ejecutivo, Legislativo y Judicial,
vienen los medios de comunicación, pues la información es poder, que crea
realidad y opinión.
Ese Poder, se ejerce sobre los sujetos, no
sobre el “yo”, sino sobre los sujetos que están sometidos a él, y hablo de los
cuatro poderes, que como ya podéis comprender son una figura del gran Otro, en
el que se aloja el Sujeto. El sujeto que no es el yo, el yo es una intencionalidad,
que independiente de los poderes puede delirar con sus inventos, mientras que
el Sujeto, está regulado, asistido, programado por el gran Otro, del que
extrae, significación y sentido.
Y de los Poderes, el que más despiadadamente
ataca al sujeto, que voy a nombrar como lo que es, el sujeto del inconsciente,
de los Poderes, el que quiere borrar al sujeto suplantándolo por el “yo”, hoy
en día, son los medios de comunicación, solo combatibles con la LIBERTAD de
elección del sujeto.
Dejo aquí esta introducción para que Rosa nos
exponga, cómo actúa ese Poder, hoy.
Teresa
Ferrer
Valencia
a 24 de Marzo 2015