Presentación


La libre elección de pareja, el valor que se le da a la vida, la igualdad entre sexos, la importancia de los niños, hace que en el mundo actual emerja un nuevo paradigma: instante en que se acepta una nueva forma de hacer. El mundo es global, se pretende la democracia como forma de convivencia, en época de capitalismo y mercados, donde la tecnología revoluciona los antiguos principios de relación, sexualidad y vida, cambios que Lacan capta a lo largo de su obra dejándonos herramientas precisas para el psicoanálisis en este nuevo orden. Con el fondo de los siete paradigmas, que J.A.Miller aísla en la obra de Lacan, este espacio os invita a una reflexión sobre la situación hoy, tanto social, de viejas o nuevas relaciones, así como clínica actual.

Se realizará en la Sede de la Elp, a las 19’30h.

Fechas: 18-diciembre; 19-enero; 19-febrero; 24-marzo; 23-abril; 21-mayo; 18-junio; 16-julio.

Contará con la colaboración del equipo del Surco de la Orientación Lacaniana.La fecha y el trabajo realizado de los encuentros, se irá publicando en el blog.

Expone y recoge ideas para el desarrollo de la actividad:

Teresa Ferrer

viernes, 30 de enero de 2015

PSICOANÁLISIS, HOY. PRESENTACIÓN

Hola buenas tardes, gracias por acudir a este espacio, que hemos creado para debatir, al filo de la actualidad que formas y modos de satisfacción están  presentes en el mundo de hoy. Con el fondo del texto “Los paradigmas del goce”, segunda escansión del Curso de J.A.Miller de 19998-1999 “La experiencia de lo real”, abordaremos sucesos que acontecen en lo social en todos sus aspectos (político, educativo, clínico etc...) 

¿Y por qué a la luz  de los paradigmas del goce?, porque “Nuestra actualidad más cercana a lo real que a lo verdadero da más pregnancia al goce, al que encumbra al lugar del derecho, lo cual no es sin consecuencias en el choque de distintos tipos de satisfacción, que configuran el panorama actual del momento. Ser tolerantes con el goce propio, con el del otro, es lema de nuestro tiempo… sin embargo,  y como lo que nos convoca… 

El psicoanálisis nunca ha descuidado los temas relacionados con la cultura, a la que entiende como civilización. Tienen los textos de Freud, Tótem y tabú, Psicología de las masas, El malestar en la cultura, El porvenir de una ilusión,Moisés y la religión monoteísta, y de Lacan el reverso del psicoanálisis, los cuatro discursos, el discurso capitalista, el triunfo de la religión..etc… en los que se reflexiona sobre qué ocurre con la humanidad, sin ser una psicología, ni una filosofía, sí algo más cercano a una sociología, en la que se enmarca este texto de J. A. Miller.

Los paradigmas del goce, distintas modalidades de satisfacción presentes en el mundo, son de interés de la sociología de masas, como bien indica su autor, en la página 258, en la que y a propósito de la introducción del Sexto Paradigma, el que habita en el mundo de hoy, dice: “allí donde antes había una estructura trascendental, encontramos hoy en día una pragmática, una pragmática social”. Veamos cómo y qué.

¿Qué somos, que nos satisface, en qué encontramos satisfacción? Individuos, sujetos, mujeres, hombres, yos? La respuesta es que “somos seres hablantes”. Los humanos somos seres hablantes, que nacemos con tal inmadurez y desprotección que si no se nos atiende morimos. Esa dependencia es larga e incluso dura toda la vida, siendo realizada primero por el entorno del niño que se inserta en un orden social que protege a esos seres-hablantes que somos, ni menos ni más que de la Naturaleza. Toda nuestra civilización, nuestras producciones culturales, arquitectónicas, sociales, religiosa etc., están destinadas a protegernos de la Naturaleza. 

Nacemos desprotegidos, con una prematuración profunda, pasando a un medio hostil, que nos recibe con palabras, con sonidos a los que tenemos que acceder. El recién nacido convulsiona por cualquier cosa, un sonido, el hambre, el frío, el dolor hace que su organismo tiemble y el grito sea un llamada al Otro, a su atención. En este “oscuro” comienzo, recibe significaciones, lo que le pasa dicho por la gente que está a su alrededor, “tiene hambre” “tiene un cólico” “la leche no le sienta bien” “tiene sueño” lo que se dice acompañado de caricias y sonidos de júbilo, de expectación, cuidados corporales, sonrisas, nominaciones, “… tiene sueño, a dormir” “es la hora del baño” etc… y siempre se acompaña de “objetos” desde muy temprano tiempo, lo que unido a la significación, caricias cuidados y palabras le van creando un cuerpo, sus límites y su orden.

Lo interesante es que ese cuerpo se construye a partir de la lengua. Las marcas de la lengua construyen un cuerpo. Ese cuerpo de natural no tiene nada, es constituido con sonidos, palabras de manera que se va alejando de la necesidad, del instinto para introducirlo en las reglas de la “demanda” del pedido de un ordenamiento familiar y social, de manera que al tiempo que va acogiendo y haciendo propios los sonidos de una lengua, con gorgoteos jubilosos, va siendo habitado por la misma de manera que con el tiempo tendrá que nombrar, pedir, decir lo que siente como necesidad, y de la cual no podemos saber si es o no, adecuada.

Hay que controlar esfínteres, comer a horas establecidas, dormir según un horario social, etc… lo que produce un “ser”, un humano, habitado por palabras. Una lengua que corta el cuerpo, lo divide en orificios a los que hay que prestarles atención, y en los que se acumula la excitación. 

Y esto produce un efecto que es “afecto”. Un afecto que no es instinto a lo que Freud llamó “pulsión” y que dota al ser humano, al ser-hablante de un órgano “en más”, que Freud llamo libido, una especie de regulador de la excitación desregulada por perder sus raíces de la necesidad. 

Este órgano en más, que caracteriza al ser-humano, funciona fijando la excitación en lugares de civilización: oral, (desde la succión, el balbuceo, la erotización de la boca deberá pedir lo que cree quiere) anal, (hay que controlar la defecación, culturalizarla), uretral. La libido en su funcionamiento erotiza al ser, lo que implica debe obtener una satisfacción con, los que voy a llamar, mandatos de la cultura. Y esta satisfacción que obtiene que es, de aumento, manteniendo o descarga de tensión, le acompaña toda su vida. Y la civilización, la cultura, proporciona formas de acogerlas. 

Estas formas de proporcionar la satisfacción, son los paradigmas, las modalidades, las formas de goce que proporciona nuestro orden social a sus habitantes los seres humanos que Lacan llamara “trhumanos” conjunción de humano y trauma, que es como deja la lengua al ser humano. Desbastados, desabonados, no regulados al 100% por la necesidad y con todos sus comportamiento, conductas, amores, trabajos, ideales, ocio, felicidad etc… desregulados, nada está a la altura de producir plena satisfacción, todo es y será inadecuado, por lo tanto sintomático, y siempre en cualquier tipo de proyecto, relación, nuevo estado, etc… requerirá un plus de satisfacción. 

Los “paradigmas del goce”, son una reescritura de psicología de masas. 

J.A. Miller escogió, los Ángeles, Estados Unidos para presentar un trabajo, que si bien es altamente universitario, tiene su raíz en la cultura, sociedad, civilización. Fue a los Ángeles y en un ambiente experto en uso de objetos de consumo.
Para entenderlos, los presento a modo de fotogramas de cine, con una rapidez entre ellos que se observa en el texto. Comienza, con un paradigma continuo siempre en Lacan, el Sujeto y el Otro. 

Para entender la relación del Sujeto con el Otro, volvamos a nuestro recién entrado ser-hablante en el mundo. A ese RN en su proceso de ser habitado por la lengua, necesita de lo que Lacan va a llamar el gran Otro, (la madre, los cuidadores, el colegio, las leyes, la cultura etc…) para inscribirse. Ese gran Otro le va a pedir “renuncias” de su necesidad, a cambio de las cuales le proporciona seguridad y le esboza algunas formas de satisfacción. Así lo primero que le da al ser-hablante emergente, es una imaginarización mágica, animista del mundo. Cuentos, historietas, que suplen la dificultad de comprender las cosas. Y mientras el niño va entrando en la significación del mundo, no olvidemos jamás que necesita “objetos” para elaborar toda la información que recibe. 

En este punto se sitúa el primer paradigma del goce, la imaginarización, que intenta producir una satisfacción en el entendimiento del mundo, que si bien produce, no está a la altura de toda la que se requiere y … falla. 

Esto es con registro también en la humanidad. Estamos ante las grandes cosmologías tribales, sabidurías, que otorgan satisfacción en los relatos y en las historias que “explican” (de forma inexplicable) el mundo. 

En este punto se inscribe la “religión”, que muestra su punto de dificultad en la “noción de continuidad de la vida, con la eternidad”. Pero ojo, con despreciar eso, pues es un lugar dónde se fija, mucha libido! El concepto de eternidad satisface a muchos seres-hablantes proporcionándoles una esperanza a su falta en ser. 

Aquí, podemos también pensar, la “política”. El Amo antiguo con sus guerras, con sus imperios, proporciona además otro tipo de eternidad donde y también se fija, mucha libido! Proporcionando una esperanza a su falta en ser, vía la “gloria” o el “recuerdo”.

La diferencia y a considerar, entre la religión y la política, entre las formas de satisfacción que otorgan, es que en la religión, el móvil es un líder muerto, y en la política está vivo, lo que es con consecuencias, dentro del discurso del Amo. Sin embargo y a nivel de como fallan, ambas añaden los “objetos” que la gente se lleva a las tumbas, a las prisiones, al cielo… incluso los objetos que nos esperan en los cielos, en el caso del catolicismo la contemplación, la mirada de y a Dios, en el caso del Islam una desregulación sexual, las vírgenes. 

Si volvemos a nuestro pequeño RN que entra en el mundo, también se le ofrece como forma de satisfacción, el pacto. En la pelea por lo que tiene el semejante aparece la mediación de Otro que legisla el tiempo de distribución y disfrute… pero falla!

Esto es también con registro en la humanidad, con el segundo paradigma, la simbolización, en el que se legisla lo que es justo, lo que se permite y se prohíbe, etc… Y lo que se regula, se permite o se prohíbe, depende todo de la aceptación de un “sentido”, eso tiene un sentido, al que se le llama común, que fija mucha libido… pero lógicamente falla! Como se ve actualmente en la publicidad que explota esa forma de satisfacción, no por la distribución equitativa, sino produciendo el deseo por lo que tiene el “otro”.

Efectivamente tanto este paradigma de la simbolización equitativa, como el anterior aboca al tercer paradigma, en el que el modo de satisfacción se produce por la trasgresión, pensada tanto como heroica, como delictiva.

Y en ese escenario en el que se mueve la libido humana, cómo he dicho siempre se incluyen “objetos”. Las grandes promesas eternas, los altos ideales de combates, las grandes trasgresiones, no están a la altura de eclipsar los “objetos” que producen satisfacción. Pequeños objetos que la gente lleva consigo, pide, demanda, exige, roba al otro etc… objetos que Freud llama “objetos de la pulsión”, que provienen desde la más temprana infancia tanto individual, como de la humanidad. 

Mirame, dirá el niño, mira… mira, y se muestra haciendo cualquier ante lo que pide “mirada”. Esta oscuro! tengo miedo háblame, pidiendo la “voz” como objeto que exorciza los monstruos o demonios, mientras un pequeño peluche, una telita… algo hay en sus brazos. 

Es en ellos dónde se sitúan el cuarto y quinto paradigma, que si bien en el cuarto implican los objetos que Freud nombro como objetos de satisfacción de la pulsión: el oral, anal, la voz y la mirada, se pluralizan en el quinto paradigma a todos los objetos que proporciona la civilización por medio de la industria y la cultura tan presentes hoy en día (todos los tenemos a diario y van provistos de su caducidad nada más obtenerlos).  

Y así en la humanidad, la obtención de un objeto de satisfacción va organizando la fijación de la libido francamente de lo más desregularizada, aplacando la excitación a modo, de como dice Lacan, enjoy “Coca cola”: al beberla da sed… 

Pero… estos cinco paradigmas en los que cojeando se ve un tipo de relación, con el sentido de las cosas, con el Ideal, con la ley, con trasgredir lo pactado, con objetos corporales con objetos de sublimación… van a ser destronados por lo que hay más real en el goce, en la satisfacción, y que Lacan introduce con el Seminario 20, “Encore”, dónde utiliza una homofonía en francés “en cuerpo”. 

Y es que el goce es del cuerpo, solo hay satisfacción de un cuerpo, un cuerpo que se goza el mismo. Esto lo descubrió Lacan del lado de la sexualidad femenina, que es lo resalta en Encore, un tipo de sexualidad diferente a la masculina, con un goce silencioso que no se pliega totalmente al goce fálico, ni al del objeto pequeño a, de las pulsiones o de la sublimación que he nombrado. Un goce que emerge poco a poco en la humanidad a medida que se encumbran los valores femeninos.

Y así la libre elección de pareja, el valor que se le da a la vida, la igualdad entre los sexos, la importancia que se da a los niños hacen que en el mundo actual emerja un nuevo paradigma: instante en que se acepta una nueva forma de hacer. El mundo es postglobal, se pretende la democracia como forma de convivencia, en época de capitalismo y mercados, dónde la tecnología revoluciona los antiguos principios de relación, sexualidad y vida, cambios que Lacan capta a lo largo de su obra dejándonos herramientas precisas para que el psicoanálisis actue en ese nuevo orden, tanto en la experiencia de un análisis, como en la interpretación social.

Y esa nueva forma, ese nuevo orden mundial, no requiere más los lazos de la estructura, ya que encumbra al cenit de la satisfacción, todas las formas, modos, y haceres de la “no relación” que permite el goce del cuerpo, como Uno. 

Si bien en mi opinión, el choque en los acontecimientos que han pasado, es por incompatibilidad en las formas de gozar, es en la manifestación, en el slogan “je suis Charlie”, en las velas, ramitas, objetos etc… que deposita la gente en las cercanías de la redacción, en la falta de discursos, en el contacto de la cabecera de la manifestación, dónde creo puede observarse lo nuevo en el mundo, el paradigma de la “no relación”.

Teresa Ferrer

Valencia a 19-Enero 2014

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